En la actualidad, el albergue consta de unas instalaciones interiores y unos patios exteriores. Dentro de las primeras, encontramos una oficina, donde se llevan a cabo las labores de administración y atención al público, diferentes zonas de hospitalización y cuarentena y un espacio veterinario con quirófano donde proporcionarles la atención necesaria a nuestros animales.
Por su parte, las zonas exteriores se dividen en una zona para perros, compuesta por varios patios, donde los animales pueden salir por turnos a correr y jugar, y una zona para gatos, formada por varias jaulas, de las cuales una de ellas está reservada específicamente para gatos positivos a inmunodeficiencia felina, y otra para positivos a leucemia felina. Tanto las jaulas de gatos como las de perros se encuentran acondicionadas con casetas y zonas de sombra y refugio, con la intención de hacerles la estancia lo más agradable posible hasta que sean adoptados.