La historia de Colin. 2250 km para encontrar su hogar

La historia de Colin. 2250 km para encontrar su hogar

Como muchos de nuestros perros, Colin encontró su hogar definitivo en Alemania. Sin embargo, su historia es un poco distinta.

Toda su vida en el albergue

Colin fue rescatado de un abandono en el 2016. Llegó siendo un perro joven, activo, e incluso con algo de genio. Salía a pasear en nuestros paseos de fin de semana, y poco a poco se acostumbró a llamar al albergue su hogar.

Pronto nos dimos cuenta de una peculiaridad de Colin: tenía miedo a los sitios pequeños. Cada vez que intentábamos montarlo en la furgoneta, se ponía muy nervioso e intentaba salir como fuese. Esto nos limitó mucho: si no podía montar en coche, solo podía ser adoptado por la zona de Villena.

Un día, pareció que le sonreía la suerte: una familia quiso adoptarlo para que viviese con ellos. Sin embargo, pocos meses después lo recogimos de nuevo; se les había escapado y no podían hacerse cargo de él. Así que volvió al albergue.

Un rayo de esperanza

Los años pasaron. El joven Colin empezó a envejecer, y ya no era ese joven impetuoso y fuerte, sino un abuelo de corazón enorme, con un pánico que no podía controlar, y que solo quería a alguien que le diese una oportunidad.

Sin embargo, no creemos en que existan causas imposibles; si no, no estaríamos aquí. Varias personas decidieron luchar para que Colin acabase su vida en un maravilloso hogar. Una asociación se encargó de buscarle una familia perfecta para él en Alemania, y en el albergue nos pusimos manos a la obra.

Los preparativos

Empezamos poco a poco en el albergue. Lo acostumbramos a estar en una jaula y se empezaron a hacer pequeños viajes en la furgoneta, siempre acompañado de alguien y con premios. Cuando pareció que estaba listo, se fue a una casa de acogida.

Allí formó un gran vínculo con Carlos, quien más se volcó en su entrenamiento. Poco a poco, Colin fue capaz de hacer viajes de varias horas en coche. La mejoría era innegable, pero todavía no sabíamos si podría aguantar un viaje de tantos kilómetros hasta Alemania. Que lo llevase uno de los transportes habituales no era una opción.

El viaje

La idea era la siguiente: Carlos y otra persona harían el viaje entero con él, en furgoneta, haciendo todas las paradas que Colin necesitase y dándole toda la atención que se merecía. Sin embargo, hubo un problema: la persona que iba a acompañar a Carlos dio positivo en covid un día antes y ya no podía acompañarle. Pero Colin no se iba a quedar sin viajar.

En ese momento, Jorg decidió coger un vuelo de última hora y venir desde Alemania, solo para hacer el camino de vuelta hasta su país junto a ellos.

Fue un viaje intenso y largo. Todos los que esperábamos, tanto en Villena como en Alemania, estábamos con el corazón en un puño, pendientes de cada una de las actualizaciones que nos mandaban. Hicieron varias paradas, pero Colin se portó como un verdadero campeón y aguantó todo el viaje sin ponerse nervioso.

La llegada a su nuevo hogar

Finalmente, el momento tan esperado llegó. Colin entró en su nueva casa, donde lo recibieron con los brazos abiertos, y donde por fin sintió la calidez de la que a partir de ese momento sería su familia.

Colin no puede hablar, pero, si pudiese, estamos seguras de que daría las gracias a todos los que pusieron su granito de arena para que esto saliese bien. Al fin y al cabo, ya lo hacía con lametones. Y, si pudiese hablar, tenemos claro lo que nos diría: seguid luchando para que todos los animales tengan la vida que se merecen. Por muy imposible que parezca, se puede conseguir.